sábado, 23 de junio de 2018

Primeros auxilios básicos para las AAMM.

Esta entrada voy a dedicarla un poco a los primeros auxilios en las artes marciales, ya que parece haber gran cantidad de dudas sobre qué se debe o no se debe hacer ante ciertas situaciones, golpes y lesiones.

Cabe apuntar que, como indico en el título, esto trata sobre primeros auxilios básicos, no sobre resucitar a alguien en parada o cómo hacer una traqueostomía de urgencia. Hablaré de cómo tratar las típicas contusiones, fisuras, heridas o golpes que solemos recibir durante el entrenamiento, tanto en el instante de sufrirlas como, en algunos casos, los días posteriores hasta su recuperación.

De las cosas más comunes que solemos sufrir suelen ser golpes. De todo tipo. Puñetazos en la cara o costillas, golpes en antebrazos y tibias cuando nos hacen un bloqueo, golpes del pie o tibia en codos al intentar encajar una patada... Y, según lo que practiquemos, podemos recibir incluso codazos y rodillazos en la cara.

En general, cualquier golpe que recibamos que no causa ningún tipo de lesión abierta (es decir, un corte) tiene, como protocolo, aplicar frío en la zona en el plazo de las primeras 8 horas desde que se produjo el trauma. Se puede aplicar un spray de frío estilo cloretilo, usar una de esas bolsas con líquido azul congelada o, simplemente, coger cualquier cosa del congelador envuelto en algo a modo de protección, y colocarlo en la zona golpeada. Esto sirve para tibias, antebrazos, costillas e incluso la cara. Si, además, podemos aplicar de algún modo presión en la zona (presión, no masaje, ojo), esto sobre todo en antebrazos, tibias, pies y manos, zonas propensas a inflamarse mucho con los golpes, mejor. Podemos rematar la faena aplicando, además, alguna crema antiinflamatoria de diclofenaco o similares, rollo Voltaren o Reflex, aunque esto no es tan necesario si hemos aplicado frío y presión de forma adecuada.

Este, es el mejor modo de actuar ante cualquier golpe que recibamos entrenando que sea propenso de inflamarse y de causar hematoma. Si lo pillamos a tiempo y adecuadamente, con suerte ni siquiera saldrá hematoma y simplemente tendremos algo de dolor durante un par de días.

Esto también es aplicable a cualquier tipo de torcedura o incluso si sufrimos alguna fisura, porque también evita la inflamación de la zona y reduce el dolor.

¿Por qué aplicamos frío en estos casos? Al sufrir el traumatismo, lo que suele ocurrir es que se rompen vasos sanguíneos de la zona que hacen que la sangre se extravase y llegue a los tejidos, motivo por el cual la zona se inflama y se pone morada. Al aplicar frío, los vasos sanguíneos se estrechan y cierran, reduciendo el flujo de sangre por estos y, por lo tanto, la cantidad de sangre que se extravasa, al tiempo que, además, hace que los tejidos de la zona (musculatura y de más) también se contraigan y cierren, bloqueando el paso de la sangre a través de ellos. Esto, acompañado de la presión antes mencionada, consigue que la cantidad de sangre extravasada sea mínima y, por lo tanto, podemos conseguir que no haya nada, o apenas nada, de inflamación y de hematoma tras recibir un fuerte golpe. Además, como dije antes, el frío insensibiliza la zona reduciendo el dolor.

¿Que hemos aplicado frío y presión y aún así tenemos hematoma y/o inflamación, o simplemente no pudimos aplicarlo en el momento? No hay problema. Como he dicho, ese es el modo de actuación dentro de las primeras 8 horas de haber recibido el trauma. A partir de las 8 horas, los vasos sanguíneos ya no están soltando sangre, se han regenerado y lo único que queda es la acumulación de líquido dentro de los tejidos que queremos que se vaya. ¿Qué debemos hacer? El proceso opuesto.

Necesitamos aplicar calor. Atención, debemos aplicar calor SECO. ¿Qué significa esto? Que no vale ducharse con agua caliente y dejar la alcachofa de la ducha apuntando a donde nos dimos el golpe, o llenar una palangana de agua y meter la mano. Debemos calentar algo, una toalla, una de esas bolsas de líquido azul, una manta térmica... Un objeto calentado, no introducir la zona del trauma en agua. Calor, acompañado de un poco de masajeo de la zona (esta vez, sí aplicamos masaje en lugar de presión) si no duele demasiado nos ayudará a reducir la inflamación acumulada y el hematoma en poco tiempo. De nuevo podríamos recurrir a alguna pomada antiinflamatoria (que podríamos aprovechar su aplicación para dar le masaje) para que sirva de apoyo al proceso, pero no es algo realmente necesario.

¿Por qué usamos calor esta vez? Como he dicho, los vasos sanguíneos ya no están rotos, han dejado de extravasar sangre, por lo que la inflamación que queda es simplemente lo que no se pudo evitar que saliese antes de cerrarse la lesión en los vasos. Queremos que esa sangre acumulada se vuelva más líquida y que se elimine, por lo que aplicando calor conseguimos que dicho cúmulo se ablande, además de conseguir que los tejidos de la zona se abran y permitan mejor el paso de sustancias a través de ellos, facilitando la evacuación. Con el masaje, lo que conseguimos es movilizar el cúmulo para ablandarlo y esparcirlo, reforzando el efecto del calor para la evacuación.

De nuevo, todo esto es aplicable también a una torcedura o luxación de más de 8 horas de duración.

Ahora, ¿Qué ocurre si el golpe que he recibido ha sido tal que me ha causado una herida o corte? Algo típico, cortes en mejillas por puñetazos, o en frentes y cejas por codos. Incluso en alguna tibia cuando alguien nos defiende y golpeamos su rodilla. La actuación depende de la naturaleza de la herida. Si la herida sangra de forma continua, de modo que puede ser molesto y poco higiénico, pero no es una herida realmente grave o profunda (los cortes en pómulos y cejas son propensos a ser así), lo ideal sería tener a mano agua oxigenada para aplicarla directamente, a chorro, sobre la herida. El agua oxigenada favorece los factores de coagulación, de modo que ayuda tanto a limpiar la sangre (para la ropa es perfecto) como a frenar el sangrado de la herida. Esto nos viene genial porque, además de dejar de sangrar, o reducirlo, nos permite ver con claridad el estado de la herida y valorar si necesita algún tipo de intervención más allá. Otro método para frenar un sangrado de este tipo es aplicar vaselina estéril en el corte, una capa que cubra la lesión y haga de tapón para la salida de sangre, cosa que incluso se puede ver en algunos campeonatos de ciertos deportes de contacto.

De nuevo, el frío sería un buen aliado, de modo que si la herida continuase sangrando podríamos aplicar ambos métodos unidos, una gasa o paño mojado en agua oxigenada y, sobre este, colocar algo frío. De este modo, la acción conjunta del agua oxigenada con el frío ayudará a frenar más rápido el sangrado, además de ayudarnos a prevenir una posible inflamación de la zona.

¿Y qué hacer si me han dado un puñetazo en la nariz y esta me sangra? La mayoría de la gente corre a colocarse algodones en la nariz y levanta la cabeza hacia atrás. Esto, es un error. Nadie va a morir desangrado por un sangrado nasal fruto de un puñetazo en la nariz, por lo que lo correcto es dejar que sangre y aplicar frío en la zona, manteniendo la cabeza hacia abajo, sin bloquear ni tapar los orificios nasales. Dejándolo sangrar y aplicando frío, en unos minutos dejará de sangrar por sí solo. En el peor de los casos, podemos hacer pasadas esporádicas con una gasa o similar mojado en agua oxigenada, pero de ningún modo bloquearemos permanentemente ningún orificio ni alzaremos la cabeza hacia atrás para "cortar el sangrado". Esto no corta el sangrado, lo que hace es mandarlo y acumularlo en la zona posterior de la nariz, lo cual puede acarrear una serie de complicaciones. Si el sangrado fuese algo extremadamente exagerado y abundante que no se corta en unos minutos, entonces sería el momento de acudir a un centro sanitario donde ellos se ocupen del asunto.

A groso modo, esto es lo básico para realizar ante una lesión típica en prácticamente cualquier arte marcial o deporte de contacto, aplicable a golpes, luxaciones, torceduras, fisuras...

Cualquier cosa que sea más seria que todo esto, como una fractura, el manejo de una luxación (si sufrimos una luxación, al igual que con una fractura, podemos aplicar el frío inicial, pero de ningún modo debemos intentar recolocarlo sin tener la preparación necesaria), un traumatismo craneal fuerte, lesiones en ojos y un largo etcétera, entonces sería mejor acudir a un centro sanitario a que revisen lo que nos ha pasado.

Por norma general, cualquier fisura, ya sea de tibias, antebrazos, costillas... el único tratamiento que tiene es el frío en las primeras 8 horas y calor a partir de este punto, además de algún antiinflamatorio para el dolor y, simplemente, dejar que se cure. No hay ningún tratamiento posible más allá de eso, por lo que lo único que podemos hacer es lo dicho y, si es algo que nos duele mucho, simplemente descansar hasta que estemos mejor.

Y, finalmente, decir que ante cualquier duda de si tenemos una lesión grave o leve, de si nos hemos dado un golpe más o menos fuerte o lo que sea, más vale prevenir que curar, sobre todo si es un golpe en la cabeza. El golpe más tonto puede ser serio, incluso si ha sido "un golpecillo de ná", como se suele decir.

Aún así, estoy abierto a dudas o preguntas sobre este tema y, si puedo, las resolveré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Quieres aportar algo o dar tu opinión sobre la publicación? siéntete libre de hacerlo, siempre estoy abierto a una discusión sana e interesante.