martes, 22 de octubre de 2019

Mitos y falsas leyendas del karate

En torno al karate y su historia giran muchísimas historias y leyendas. Muchos de ellos, a día de hoy, se consideran hechos absolutos que forman la identidad del karate y mucha gente basa su práctica o métodos de enseñanza en estos supuestos hechos. Pero hay muchos que ya sea usando un poco la lógica o, directamente, haciendo un mínimo de investigación por internet, caen por su propio peso. En esta publicación voy a hablar de alguno de estos mitos que, también, son de los más extendidos y de los que más se oyen. Empecemos.

El karate/uchinadi/toudi era un sistema de defensa personal civil y lo practicaban campesinos en Okinawa.

Este es uno de los comentarios más comunes que giran en torno a la historia del karate en su origen okinawense y, en ocasiones, de los que más se enorgullecen muchos practicantes. En un principio, podría parecer que esto tiene sentido y podría ser normal. Okinawa era una región ocupada por el clan Shimazu de la provincia de Satsuma (entre otras cosas, conocida por la escuela de kenjutsu que practicaban los samurai de esa región, el Jigen-ryu), además de ser una zona a la que, tradicionalmente, huían muchos criminales de las islas de Japón para evitar la justicia y servir de hogar a piratas y similares que aterraban a los mercaderes tanto de Japón como de China y otras regiones que comerciaban vía marítima con Asia. Por todo esto, no sería raro pensar que Okinawa podía ser una zona peligrosa para vivir, con muchos bandidos y bandoleros. Eso, sumado a que parte importante del armamento usado en kobudo tiene similitudes con herramientas del campo no hizo más que alimentar esta teoría.

Ahora, analicemos un poco la situación. Pensemos en un campesino en el día de hoy. Son personas que se levantan extremadamente temprano, deben preparar a los animales, equiparlos, llevarlos a un lado u otro, ponerlos a hacer las tareas que deban hacer y dirigirlos... a parte, deben hacer ellos ciertos trabajos de siembra y recogida de alimentos, movilizar materiales, cajas, usar maquinaria, hacer cargas... Además de eso, deben ocuparse de su casa, del mantenimiento de absolutamente todo y de comer. Por norma general, un campesino de hoy día termina su jornada de trabajo prácticamente al final del día, extenuado y con el cuerpo machacado de lo duro que supone semejante labor, con tiempo más o menos justo para asearse, cenar y descansar un poco antes de acostarse, porque lo normal es que se duerman temprano, para empezar la jornada siguiente con energía, descansado y, de nuevo, temprano.

Tratemos de imaginar todo esto, pero en la Okinawa de los siglos XVIII y XIX donde no había, ni remotamente, los avances tecnológicos y métodos avanzados que tenemos ahora de siembra y recogida, de trabajo, de manejo de animales y cargas... Todo debía hacerse manualmente, cargarse personalmente y... En fin, sería un trabajo mil veces más duro y, seguramente, bastante más largo que el que se realiza hoy día, sin mencionar el hecho de que posiblemente fuese mucho menos productivo. Siendo honestos, ¿de verdad creemos que esos campesinos, molidos de sembrar, recoger, cargar, dirigir animales y comiendo lo que podían, cuando acababan su jornada, iban a darse la caminata hasta la casa del maestro de turno para ponerse a hacer, básicamente, ejercicio? ¿a levantar pesos (hojo undo), practicar kata hasta la extenuación y darse golpes a mansalva (Tai tanren no geiko)?

Todo esto para, supuestamente, defenderse del samurai malvado que iba a asaltarlo y robarle sus pertenencias (pertenencias que no tenían, porque parte importante de lo que obtenían en su trabajo era para impuestos que el gobierno okinawense debía pagar tanto a China como al clan Shimazu), a pesar de que a los samurai del clan Shimazu no les conviniese enemistarse con Okinawa hasta ese nivel, pues la usaban como medio para comerciar con China. O para defenderse de supuestos maleantes y bandidos en los caminos, los cuales seguramente preferían asaltar a los magistrados del gobierno que iban a recaudar los impuestos e iban cargados, no a los campesinos que a duras penas tenían donde caerse muertos.

Todo el sentido común lleva a pensar que, en realidad, si algún campesino realmente practicaba artes marciales, era algo extremadamente anecdótico y ocasional, pues lo más natural es que no tuviesen ni tiempo, ni energía ni medios para hacerlo.

¿La similitud de armas de kobudo con herramientas del campo? por un lado, hay quienes, tras estudios y análisis, han llegado a la mera conclusión de que es una simple coincidencia. Partes de estas armas e influencias que reciben los estilos okinawenses provienen de China, de Siam y otras zonas de Asia. También es cierto que, durante bastante tiempo, en Okinawa estuvo prohibida la tenencia de armas en toda la región, incluso por parte de la familia real y su ejército. No sería raro pensar que los practicantes de kobudo decidiesen tomar herramientas del campo, pero los indicios llevan más a pensar que eran influencias de estilos de otras regiones que o bien llegaban a la isla por comerciantes/viajeros/diplomáticos o los traían de dichas regiones los comerciantes/viajeros/diplomáticos okinawenses.

Pero, entonces... ¿quienes eran los que practicaban artes marciales en Okinawa? ¿si no eran los campesinos... quien tenía el tiempo, medios, energía y disponibilidad general para practicarlas? pues quienes siempre la han tenido: la nobleza. Las clases nobles y guerreras (que, en Japón y Okinawa, se consideraban clase, como poco, media-alta en realidad) eran quienes tenían tiempo y posibilidad de practicar artes marciales. Y para comprobar esto, sólo hace falta echar un pequeño ojo al sistema de clases sociales okinawense por un lado:


  • Realeza – Familia Shō 
    • Oji (王子 Ōji): Príncipe 
    • Aji or Anji (按司 Aji): Descendientes del príncipe, ramas de la Familia real 
  • Shizoku (士族 Shizoku) – Familias guerreras (los Altos shizoku equivalían o pertenecían a la categoría de Ueekata un Pekumi, el resto de shizoku a las de Satunushi Pechin, Chikudun Pechin, Satunushi o Chikudun) 
  • Yukatchu (良人 Yukatchu) – Eruditos-Oficiales 
    • Ueekata or Oyakata (親方 Ueekata): Lord 
    • Pechin (親雲上 Peechin) 
      • Pekumi (親雲上 Peekumii): alto Pechin 
      • Satunushi Pechin (里之子親雲上 Satunushi Peechin): medio Pechin 
      • Chikudun Pechin (筑登之親雲上 Chikudun Peechin): bajo Pechin 
    • Satunushi (里之子 Satunushi): Estrato medio 
    • Chikudun (筑登之 Chikudun): Estrato bajo 
  • Heimin (平民 Heimin) – Plebeyos

Y por otro lado a la clase social/cargo que ocupaban los grandes y más famosos maestros del karate, los que practicaron, transmitieron y desarrollaron el arte autóctono de Okinawa hasta lo que hoy llamamos karate, ya sea japonés u okinawense:
  • Matsumura Sokon: Pechin. Guardaespaldas del Rey. 
  • Sakugawa Kanga: Chikudun Pechin. 
  • Soeishi Ryotoku: Oyakata. Secretario del Rey. 
  • Chatan Yara: Chikudun Pechin¡. 
  • Tawata Shinboku: Chikudun Pechin. 
  • Sueyoshi Anyu: Pechin. 
  • Chikin Seionori: Oyakata. 
  • Chinen Umikana: Chikudun Pechin. 
  • Higa Kanematsu: Pechin. 
  • Chinen Masanra: Chikudun Pechin. 
  • Kyan Chofu: Shizoku. 
  • Hamahiga Oyakata: Oyakata. 
  • Ankou Itosu: Pechin 
  • Ankou Asato: Tunchi (una especie de terrateniente o jefe de villas y aldeas) 
  • Funakoshi Gichin: Pechin. 
  • Motobu Choki: Aji. 
  • Mabuni Kenwa: Shizoku 
  • Higaonna Kanryou: Pechin
Como vemos, prácticamente todas las figuras de relevancia del karate, su desarrollo y expansión son personas de clase media-alta e incluso personas con cargos importantes, sin mencionar a los alumnos de estos, pertenecientes todos o la mayoría al mismo estrato social.

Pero, si está tan claro que el karate lo practicaban personas de la nobleza, ¿de dónde viene el mito de que lo practicaban campesinos? pues hay diferentes elementos que contribuyeron a este malentendido. Por un lado hay que tener en cuenta el racismo y desprecio que normalmente manifiestan los japoneses por cualquier región ajena a ellos o conquistada por ellos. No era raro que, independientemente de la clase social que tuviesen, los japoneses se refiriesen a los okinawenses, sistemáticamente, como campesinos o plebeyos de modo despectivo. También se dio el acontecimiento de una caída económica en Okinawa, por lo que muchísimos nobles y altos cargos que, hasta entonces, habían vivido cómodamente y con solvencia económica, de repente se veían obligados a realizar trabajos considerados de plebeyos para poder sobrevivir. Funakoshi Gichin lo relata él mismo en su biografía, que tenía que ir a sembrar campos con su mujer y que cubría su rostro con un sombrero, pues podía suponer deshonra y vergüenza para su familia (y para su vaca) que le viesen trabajando el campo junto a su mujer siendo de clase noble. También es bien conocida la historia de que Funakoshi Gigo (el hijo de Gichin, también llamado en japonés Yoshitaka) solía decir, a modo de broma, que su padre hacía karate de campesino.

Todos estos elementos, así como el evidente gancho y 'dignificación' que da el matiz, han hecho que hoy día se de por hecho, sin plantearse la más mínima duda, que el karate era un estilo que practicaban campesinos y plebeyos para defenderse de samurai malvados y bandidos, algo así como un estilo que empoderaba al pueblo contra sus opresores de la clase alta. Bueno, creo que queda bastante claro que no hay nada más lejos de la realidad que ese planteamiento y que, al igual que hoy realmente, las artes marciales en Okinawa eran un lujo exclusivo de, como poco, las clases medias o superiores y que los campesinos no tenían medios, posibilidades, tiempo ni la energía necesaria para dedicarle tiempo a este tipo de prácticas.

El karate en Okinawa se practicaba en pequeños grupos.

Es muy común también escuchar que la costumbre de grandes dojo llenos de gente practicando era algo que surgió al llevar el karate a Japón, donde buscaban una rápida expansión y muchos practicantes, enseñanzas masivas, para que llegase a más gente, hacerlo lucrativo y otras muchas cosas, mientras que en Okinawa lo normal eran escuelas pequeñas de menos de 10 personas para tener una enseñanza mucho más personalizada y mejor atención por parte del maestro. Este mito tiene una parte de verdad, pero es mayoritariamente falso en su planteamiento. Parte de esta creencia se basa en que, sobre todo fuera de Japón, debido a un error de traducción del libro Karate-do: Mi camino de Funakoshi Gichin, se da a entender que la enseñanza de karate estaba prohibida, por lo que se enseñaba de modo clandestino y a grupos pequeños, porque si tenías a 25 tíos dando puñetazos en tu jardín pues se hacía demasiado evidente. Pero, como digo, todo esto es una interpretación generalizada fruto de una traducción desafortunada de ese fragmento de su libro, en el cual no dice 'la enseñanza del karate estaba prohibida', si no 'la enseñanza del karate no era pública/podía ser pública'. Significa que no se podía enseñar delante de cualquiera, ni a cualquiera, si no que debía hacerse, por orden del gobierno, en secreto y su divulgación debía ser a personas concretas.

Aún así, se tienen muchas imágenes de enseñanzas masivas de karate, al más puro estilo japonés, en sitios de Okinawa. Las dos imágenes de abajo son sólo un par de ejemplos de los muchos que se pueden encontrar con una sencilla búsqueda. La primera imagen es una foto del castillo de Shuri, donde vemos a más de 20 o 30 personas practicando. La segunda es una captura de un documental sobre karate okinawense en el cual, de nuevo, vemos a más de 15 personas practicando. No hace falta profundizar tantísimo ni ser un gran versado para darse cuenta de que la costumbre de pocos alumnos es algo bastante más moderno, posiblemente de cuando las clases altas se vieron obligadas a trabajar y fueron capaces de mantener algunos alumnos y enseñarles en sus jardines, en lugar de en los castillos y similares.


Funakoshi Gichin no creía en estilos/afirmaba que sólo había un karate.

Es una creencia que, de nuevo, se basa sobre todo en lo que dice el libro Karate-do: Mi camino. Hay un capítulo que está traducido a inglés, y por consiguiente al resto de idiomas, como 'Karate es uno'. También, al final de este mismo capítulo, comenta algo referente a que desde su punto de vista debería hablarse simplemente de Karate-do y nada más. Debido al título, uno lee el capítulo condicionado a un modo de pensamiento sobre lo que quiere decir Funakoshi, pero cuando uno lee y traduce el título original de este capítulo, sus palabras toman un enfoque diferente.

En japonés, el capítulo se llama 'Karate no ryuha'. Esto se traduce al español como 'Corrientes (o estilos) y ramas del karate'. El título, directamente, hace referencia al hecho de la existencia de estilos y en sus textos se limita a comentar que existen dos ramas (tipos de kata), una que beneficia y explota las cualidades de practicantes fuertes y fornidos y otra que favorece más las cualidades de practicantes más ágiles y pequeños, para luego comentar que, en su opinión, uno debería practicar ambas variantes para tratar de ser lo más completo posible. Luego, como he mencionado anteriormente, al final del capítulo hace un comentario respecto a que, debido a la cantidad de escuelas y ramas que estaban surgiendo en esos tiempos, pensaba que era más cómodo hablar simplemente de karate-do, en lugar de estar nombrando escuelas o ramas. Más aún, en el libro Karate-do Nyumon, Funakoshi habla de los estilos de karate tradicional oficialmente reconocidos en su día, criticando algunas escuelas que, aunque dignas y reales, no eran realmente tradicionales. Como dato, las escuelas que él afirma que vienen por linea sucesoria son el Goju-ryu y el Shito-ryu, para luego matizar que nunca ha dado nombre a su karate, aunque algunos alumnos lo llaman Shotokan-ryu. También indica que los tipos de kata que fomentan la fortaleza física y musculatura se les llamaba Shorei-ryu y los que favorecían la ligereza y velocidad se les llamaba Shorin-ryu. Ajeno a eso, Funakoshi no hizo más mención sobre la 'unificación del karate'.

En el karate okinawense no se practicaba combate.

Es bastante común el pensamiento de que en Okinawa no practicaban ningún tipo de ejercicio de combate, sparring o kumite durante la práctica del karate. Esto, ha llevado a pensar que allí la práctica se basaba simple y llanamente en realizar kihon y kata, y nada más. Debido a eso, muchos maestros condenan la práctica de ejercicios de combate de cualquier tipo y defienden que simplemente haciendo kata a diestro y siniestro se puede adquirir verdadera destreza en karate y los conocimientos necesarios para usarlo para combatir y defenderse. Esta postura seguramente se deba a una mezcla de elementos. Por un lado, está el hecho de que a Funakoshi Gichin no le gustaba la idea de practicar combates, siendo conocidas las historias de discusiones con su propio hijo, Gigo, cuando pillaba a este practicando jiyu kumite y desarrollando este tipo de trabajos y ejercicios. Por otro, está la concepción errónea de qué es kumite y qué no lo es.

En Okinawa, una parte importante del entrenamiento del karate era el bunkai (分解) (desglosamiento y entendimiento del kata) y el imi (意味) (la aplicación de un bunkai, de una parte del kata separada apra analizar). El imi, en última instancia, es un tipo de yakusoku kumite (約束組手)un ejercicio pactado. Era parte normal de una sesión de entrenamiento estándar. Pero ese ejercicio debía subir de nivel, pasar a formas de dificultad superiores, de modo que, al final, los practicantes debían verse expuestos a un oponente que fuese a atacarles de cualquier modo y ellos defenderse adecuadamente, poner en práctica real los movimientos y técnicas trabajados en los kata. Esto llevaba a formas de entrenamiento llamadas irikumi (入り組み), que es parecido al conocido jiyu kumite (自由組手) con la diferencia de que en el irikumi podía llegar a permitirse incluso el ne waza (寝技) o técnicas de suelo. Hay incluso imágenes de okinawenses practicando lucha en suelo.

También existía algo llamado kakedameshi (掛け試し), similar a lo que llamaríamos jikken kumite (実権組手), combate a contacto real, en el cual los practicantes se enfrentan sin protecciones y se golpean de verdad, en ocasiones con 'padrinos' o 'árbitros' que interviniesen si la cosa se ponía demasiado peligrosa, pero otras veces sin ellos. Eran extremadamente comunes los accidentes y lesiones en estos encuentros y muchos maestros de karate adquirieron y desarrollaron sus habilidades fruto de este tipo de enfrentamientos que, finalmente, fue prohibido por el gobierno por lo brutales que resultaban. Era la forma definitiva de prueba de tus habilidades, seguramente superado únicamente por el jissen kumite (実戦組手) o combate real, haciendo referencia a un enfrentamiento a vida o muerte o en el que nuestra vida peligre potencialmente. En el Karate-do Nyumon hay incluso imágenes de Gichin practicando kumite.

Todo indica a que parte de la oposición de Gichin a la práctica de kumite se debía al hecho de que buscaba que el karate pasarse a ser un método de desarrollo físico y personal y que la faceta de lucha quedase más en un segundo plano, mientras que Gigo buscaba desarrollar el estilo más aún en ese ámbito, haciéndolo no sólo un sistema de defensa personal, si no refinarlo al punto de ser un auténtico arte de combate, como ya lo eran el jujutsu o el kenjutsu. Esa oposición de Gichin, junto a leyendas e historias de supuestos maestros que se defendieron de agresores enormes y fortísimos con muchas peleas callejeras a sus espaldas a base de haber practicando kata durante 20 años han fomentado el mito de que en el karate tradicional no se practicaban combates de ningún tipo y que adquirían toda su destreza de practicar kihon y kata a diestro y siniestro.

En el verdadero karate no existen proyecciones, luxaciones o lanzamientos, solo golpes.

Este puede ser uno de los puntos más controvertidos, sobre todo actualmente que, con el auge de los sistemas de lucha de grappling como el sambo, el BJJ y el wrestling, muchas personas han empezado a incorporar proyecciones y luxaciones a la hora de aplicar el bunkai de muchos kata.

Muchas personas defienden que el auténtico karate sólo consiste en golpes varios, algunos defendiendo incluso que lo único que es karate auténtico son las técnicas que te permiten hacer en competición, el resto no es karate. Otros afirman que quizá proyecciones y lanzamientos sí, pero lucha en suelo no, ya que un karateka 'nunca cae al suelo', por lo que no debe saber ni caer, ni defenderse/luchar en el suelo ni nada similar. En ocasiones, este tipo de argumentos se respaldan con palabras tales como que eso no se hacía en el karate tradicional de Okinawa o de Funakoshi.

Como suele pasar, sólo hace falta un poco de lectura básica sobre karate y un poco de búsqueda en internet para descubrir que, nada más lejos de la verdad, en karate existe no sólo un amplio repertorio de técnicas de proyecciones y lanzamientos que no tiene nada que envidiar al judo (evidentemente, muchísimas menos que este, pero son bastantes) si no que, además, se practicaba la lucha de suelo en las antiguas escuelas.

En el Karate-do Kyohan, libro escrito por Gichin, hay un capítulo entero dedicado a derribos y proyecciones, seguramente muchas heredadas del judo tras ir Gichin a Japón a hacer una demostración de karate y entablar amistad con Kano, fundador del judo. Es bien sabido que compartieron ideas y técnicas entre ellos, por lo que seguramente parte de las técnicas de derribo del karate sean heredadas de aquí, pero aún así siguen existiendo muchísimas técnicas propias, mostradas en textos escritos por Funakoshi incluso antes de conocer a Kano, que además pueden encontrarse en los kata.

Además, disponemos de imágenes que respaldan tanto la práctica de derribos como de lucha de suelo en las escuelas.


No sólo vemos a dos personas practicando un derribo (a la izquierda del todo, de negro, está Funakoshi supervisando el entrenamiento), si no que a la derecha hay dos personas realizando lucha de suelo.


En estas imágenes vemos aplicaciones de Tekki shodan y Bassai dai que implican controles y derribos. Podría poner mil ejemplos más, pero quiero creer que estas imágenes son suficientes para dar validez a mi argumento y que quien quiera saber más se tomará la molesta de ojear e investigar por sí mismo, mientras que a quien no le sirva esto tampoco le van a servir 20 imágenes más.