sábado, 27 de octubre de 2018

La decisión al atacar (kime) y el sutemi.

Recientemente he estado pensando bastante en el tema de la decisión, la intención (que ya menciono en una de las primeras publicaciones) a la hora de lanzar un ataque. Algo que ha lanzado, a partes iguales, cierta luz y aún más preguntas sobre el tema ha sido el ver este vídeo sobre Naka Tatsuya probando y experimentando con el Shotokan-ryu frente a otros sistemas como Full contact karate, kenjutsu, bojutsu, BJJ...

Algo característico de estos vídeos, y de otros que hay de él mismo aprendiendo, comparando y estudiando con estilos de karate okinawenses, es que la mayoría de maestros con los que entrena quedan fascinados por el modo en que avanza, se adentra en su guardia y golpea, algo muy característico del Shotokan-ryu y que es herencia del Jigen-ryu kenjutsu. Entre las reacciones comunes a ese modo de rápidamente acortar la distancia y golpear, se encuentran comentarios como 'lo estaba viendo venir, pero no era capaz de reaccionar', 'me he quedado paralizado al verlo venir' y alguno incluso comenta que, directamente, lo ha visto cuando ya tenía el ataque encima. Eso me hizo pensar y meditar sobre qué es lo que hace que ese ataque abrume tanto a los oponentes, algunos incluso usando una espada o un bastón largo, armas con una evidente ventaja sobre la distancia pero, al ver acercarse al karateka, quedan paralizados incluso a medio camino del ataque. Tras observar los vídeos y meditar una y otra vez, acabé llegando a la conclusión de que esto es fruto de la decisión (kime) al atacar.

Pero no debemos confundirnos: atacar con kime no significa atacar fuerte, ni rápido, ni hacer kiai. Cuando hablamos de atacar con kime, con decisión, hablamos de atacar con determinación plena de que ese golpe será definitivo, que acabará con quien tenemos delante irremediablemente. Que todos los elementos de la técnica, todos esos puntos que la definen y que trabajamos una y otra vez hasta hacerla perfecta, se unificarán junto a nuestra intención y determinación para imprimir energía a nuestro golpe y que este acabará con nuestro oponente cuando le golpee. Es una cuestión, un estado, casi más mental que físico per se. Da igual que nuestra técnica sea 100% perfecta y que seamos fuertes y rápidos, nuestro ataque no va a inspirar la misma presión, la misma carga, ni siquiera la misma dificultad de defender o evadir, que si en nuestra mirada y en nuestra actitud se hace manifiesta nuestra intención plena de que ese golpe va a ser definitivo.

¿Nunca os ha ocurrido que, entrenando kumite/sparring, habéis lanzado un ataque y vuestro compañero ha lanzado otro simultaneo o incluso poco después del vuestro e, incluso sabiendo que lleváis ventaja, habéis percibido cierta amenaza o presión que os ha hecho frenaros, paralizaros o incluso retroceder? Son cosas que ocurren, por ejemplo, cuando somos novatos y nos enfrentamos a compañeros avanzados, ya que confiamos poco en nuestra técnica y fuerza y tememos la de quienes son mejores, pero incluso cuando somos avanzados hay ocasiones en que esto nos ocurre, y suele ser la mayoría de las veces con compañeros específicos. Esto es porque nuestro compañero lanza su ataque con decisión, con determinación, centrado únicamente en que su ataque debe llegar a su objetivo y debe ser definitivo, acabarlo todo ahí. Es difícil, y duro, hacer frente a un ataque así. De hecho, al final, sólo es posible si aplicamos el sutemi, que es el otro punto del cual quiero hablar en esta entrada.

La palabra sutemi (捨身) significa 'sacrificio'. En estilos como el judo y el aikido existen las 'sutemi waza', que se supone son técnicas que se realizan sacrificando algo, como por ejemplo una posición ventajosa, pero que dicho sacrificio nos va a traer posteriormente la victoria. En kenjutsu ya se hablaba de este concepto de un modo más crudo, pues hacía referencia a estrategias y técnicas que implicaban dejarse cortar o incluso herir de gravedad en pos de conseguir tener al oponente en una distancia adecuada y con la guardia baja para poder acabar con él. No era raro en los enfrentamientos entre samurai el llegar a dejarse herir de muerte solo para poder herir de muerte al rival también. Y quizá algunos diréis '¿y cómo relacionamos todo esto con el kime y el karate?'. De un modo muy sencillo:

Recuerdo una ocasión en la cual quedé con un chaval que no conocía (quedamos por mediación de un amigo común) para practicar sparring libre, es decir, al más puro estilo MMA, valiendo el uso de codos, rodillas, lucha de suelo, etc. Usamos guantillas y tibiales, pero como ese chaval no tenía casco pues decidí no usarlo yo tampoco, para estar en igual de condiciones en ese aspecto. Recuerdo que el chaval me sacaba aproximadamente una cabeza de altura y era ancho de espalda. Era como enfrentarse a un oni, le faltaba la maza de hierro. Era practicante de karate deportivo y, como tal, tenía un manejo excepcional de la distancia y de los desplazamientos y la entrada y salida en la guardia del oponente. Yo, por mi parte, llevaba muchísimo tiempo sin entrenar y, en general, nunca había sido realmente bueno manejando la distancia, menos aún cuando me enfrentaba a gente más alta, y por lo tanto con más facilidad para alcanzarme que yo a ellos, que yo. Como cabía esperar, por el modo en que he pintado la situación, quien recibió una buena somanta de palos fui yo, que acabé con la cara hecha un Cristo. El chaval no golpeaba, o no me quiso golpear, realmente fuerte, sobre todo teniendo en cuenta su tamaño y constitución, pero si te pinchas 35 veces en la misma zona con una aguja pues al final te haces un boquete realmente grande. Esto fue igual. El caso, y es a donde quería llegar, es que las veces que yo conseguí golpearle fueron porque decidí abandonar las precauciones. Él era más grande que yo, él manejaba la distancia mejor que yo y reaccionaba muy bien a mis intentos de ataque, no iba a conseguir nada buscando el modo de entrar a golpearle y evitar recibir cualquier daño, así que mi única solución era, simplemente, lanzarme a atacarle, con todo lo que tuviese y mentalizado de que iba a recibir algún golpe, pero incluso si él me golpeaba, yo conseguiría alcanzarle con un golpe más duro aún que el suyo. Y, efectivamente, las pocas veces que conseguí golpearle fueron porque me lancé así al ataque, de un modo decisivo y mentalizado, abandonando el ego y con la determinación de alcanzarle con fuerza incluso si eso significaba que yo iba a recibir daño también. No sólo eso, si no que, además, cuando me lanzaba de ese modo contra él era las pocas veces que era menos capaz de reaccionar y defenderse de mis ataques. Y sí, todas y cada una de las veces que me lancé así recibí golpes en el proceso.

Eso, es atacar con sutemi. Sobra decir que atacar con sutemi no es atacar a la desesperada. No, al menos, como se suele concebir. No es lanzar un ataque porque sí y de cualquier manera y que sea lo que Dios quiera. Es, precisamente, todo lo contrario. Se debe buscar el momento, mentalizarse, centrarse, abandonar y dejar ir de nuestra mente absolutamente todo lo que no tenga que ver con ese ataque decisivo, observar al oponente y, cuando llegue el momento, lanzar nuestro ataque haciendo acopio de toda nuestra energía, fuerza, velocidad, realizando la técnica lo más perfecta posible y con una sola cosa en mente: el ataque debe llegar al objetivo y ser definitivo. Nada más importa. ¿El oponente reacciona? Da igual. ¿Su ataque nos alcanza? Da igual. Nuestra mano, nuestro codo, rodilla o pie continua su trayectoria, hasta alcanzar su objetivo. ¿Nuestro oponente se ha defendido o evadido el ataque? Da igual, continuemos atacando, un segundo ataque con la misma determinación, la misma intención, la misma decisión. Lo único que importa es finalizar al oponente, no nosotros.

Cuando alguien ataca así, suele desprender una presión y una carga mental abrumadora y es natural que, precisamente, nos bloqueemos cuando alguien arremete contra nosotros de este modo. Por eso, el único modo de responder a un ataque con kime de verdad o, peor aún, a un sutemi, es precisamente con un sutemi. Si nuestro oponente nos ataca con decisión plena de acabar con nosotros con ese golpe y si, además, lo hace sin importarle lo que le ocurra en el proceso, no podemos tratar de responder a dicho ataque mirando por nuestra seguridad, si no que debemos responder con el mismo abandono del ego que él. Si somos capaces de anticiparnos totalmente a su ataque con un sen sen no sen, nuestro oponente estará seguramente acabado. Si no somos capaces y debemos reaccionar con un sen no sen entonces, usando argot samurai, quien tenga mayor determinación y convicción será el vencedor.

Cabe apuntar que esto no significa que cuando entrenemos con nuestros compañeros del dojo debamos ir acabando con ellos uno tras otro. Teniendo en cuenta que gran parte de estos modos de atacar y reaccionar en combate son más estados y actitudes mentales, nosotros podemos tener una actitud, lanzar un ataque con plena determinación e intención de acabar con nuestro oponente (en este caso, compañero) pero, al final de este, controlar el ataque y no golpearle o hacer un ataque más moderado que no cause el daño que causaría un ataque a plena potencia. Pero la decisión, la determinación, la actitud, el estado mental del sutemi y la presión que este genera en nuestro oponente, así como el kime se pueden trabajar y aplicar incluso con compañeros, incluso con ejercicios de ippon kumite o jyu ippon kumite. Trabajadlo, conseguid desarrollar tanto el kime como el sutemi, y podréis lanzar ataques verdaderamente imparables. A un precio, pero imparables.

martes, 2 de octubre de 2018

El timo de la 'defensa personal femenina'.


Seguro que todos hemos visto cientos de vídeos como este:


Vídeos con nosecuantosmil consejos para defensa personal, generalmente enfocados a mujeres, por temas de acoso sexual, robo, agresiones y tal. Son vídeos bastante compartidos por FB y que se llenan de comentarios del tipo 'Dios santo, gracias por el vídeo, ahora sabré cómo reaccionar si me ocurre algo'. También es común que muchísimos sitios (o peor aún, de forma online) se hagan cursos o seminarios de un fin de semana del palo 'Defensa personal femenina, aprende a defenderte en un fin de semana. Efectividad probada. Vuelve a salir sin miedo' y movidas así.

Voy a empezar la entrada diciendo que no sólo no tengo nada en contra de la defensa personal femenina si no que, además, me parece perfecta e incluso necesaria. Lo que me parece fatal es la publicidad engañosa, el vender humo y el generar una falsa sensación de seguridad y confianza a consta de la integridad física de alguien, más aún si vas a lucrarte con ello vendiendo vídeos/libros o dando cursos de fin de semana.

Dicho esto y yendo directo al asunto, todas estas cosas son una inmensa, completa y absoluta patraña, un timo, un engaño. No valen para nada y quienes las imparten y venden demuestran claramente o que quieren estafar al personar y lucrarse con ello o que jamás en su vida han tenido una confrontación mínimamente real, ni siquiera en un entorno controlado como puede ser en un dojo o gimnasio, en plan golpear y ser golpeado. Cabe decir, porque las cosas como son, que en muchísimos casos los consejos o datos que dan no son INTRÍNSECAMENTE malos o penosos, al revés, son cosas lógicas y con sentido desde el punto de vista de la defensa personal. ¿Cuál es el problema entonces?

El problema viene cuando nos venden la película de que con ese vídeo de 30 segundos, o de 15 minutos, o con ese curso de un fin de semana, nos vamos a convertir en los Jason Bourne del barrio y vamos a poder vencer incluso a osos adultos con nuestras recién adquiridas habilidades. Nadie, absolutamente NADIE, practicando esto en un curso de un fin de semana, va a salir luego a la calle siendo capaz de aplicarlo, de ninguna manera. Ya no hablemos de quien pretende aprender por un vídeo de Youtube o 4 imágenes en un PDF o un curso online. Es imposible y estúpido. Es como dedicarse a ver vídeos sobre nadar y mantenerse a flote en una tormenta, los vídeos están grabados en una piscina y nosotros, sin haber tocado el agua más que pa ducharnos, nos creemos que si luego en alta mar caemos al mar embravecido vamos a ser capaces de nadar y sobrevivir. Carece de sentido y lógica, por mucho que quieran hacernos creer. Voy a ir más allá todavía, incluso aquellos con experiencia y práctica en artes marciales, acostumbrados a dar golpes con precisión, a buscar puntos concretos del cuerpo para golpear aunque sean puntos pequeños, etc. les resultaría complicado realizar algunas de las cosas expuestas en esa clase de videos. Voy a enumerar algunas a continuación:

  • ¿Eso de los puntos de presión? Precioso, súper chulo, nos sentimos poderosos pensando conocer esas técnicas propias de ninja o espías que presionas un punto con el pulgar y el tío se desmaya o su sistema nervioso se colapsa y le explota el bazo, pero ajeno a que esto último es mentira, ¿sabéis lo DIFÍCIL que es acertar un punto de presión? Quiero decir, así tal cual, yo con un amigo delante, alzar la mano e ir a por el punto de presión sin que este se oponga y, a la primera, acertar el punto. Es algo complicado, incluso si estás acostumbrado a ello, conoces el punto y has entrenado para automatizar e interiorizar el gesto de alcanzar ese punto. Ahora imaginaros una situación real. La otra persona nos agrede, quiere hacernos daño. Además, evidentemente, quiere evitar que nosotros se lo hagamos a él. Nosotros, irremediablemente, sentimos cierto miedo, nuestro organismo se estresa, hay cierta ansiedad, todo va muy rápido y es un poco caótico. Y, en ese contexto, trata de clavar tu pulgar entre el biceps y el triceps del agresor. Suena a coña, pero ahora hay que añadir más variantes: Seguramente el agresor tenga el brazo (o la pierna, o la región que sea que tenga el punto) contraído, tenso, endurecido, es natural cuando agredimos, tensarnos. No os hacéis una idea de lo mucho que disminuye la efectividad de la presión que un músculo se tense y endurezca, permite a uno aguantarlo bastante más. Añadamos que, al igual que nosotros, el agresor tiene una subida de adrenalina y se le dispara el estrés, por lo que aumenta su resistencia y tolerancia al dolor. Y el matiz final, la reacción natural de un agresor, si empieza a sentir dolor por algo que le hacemos, seguramente sea usar el brazo (o brazos) libre para soltarnos una hostia que haga que dejemos de hacerlo. Lo sé porque, cada vez que he trabajado temas de puntos de presión o incluso algunas luxaciones, mi reacción natural ha sido querer darle una hostia a la otra persona, impulsada por el dolor, y de hecho he tenido que reprimir ese instinto. Después de todo esto, observar ese contexto tan hermoso del video en el cual el agresor se acerca a la chica, ella de forma precisa y con una tranquilidad pasmosa presiona el punto de presión en 0,2 segundos y el agresor suelta con expresión de dolor y de un empujoncillo cae fácilmente al suelo y la chica huye feliz. Lo siento, pero es todo mentira. Absolutamente todo.
  • Cuando muestran ciertos golpes y ataques, la en muchísimos casos muestran golpes con la base de la mano al rostro. Desde el punto de vista fisiológico y defensivo es algo bastante acertado, pues es una zona sólida, sin articulaciones de por medio, sencilla de usar y perfecta para quien aún no tiene mucha práctica con los puños como tales. Aún así, ¿Alguna vez habéis golpeado a alguien con la mano? En el mentón, que suele ser uno de los puntos elegidos y preferidos. Creedme, las barbillas de la gente están duras. Sí, le vas a hacer daño, pero posiblemente también te lo hagas tú en la mano, partiendo de la base de que se supone sólo hemos practicado todo esto un fin de semana, es decir, no tenemos ni puñetera idea de cómo golpear realmente con la mano. No hablemos ya de aquellos que, directamente, dicen que des un puñetazo. Para muestra, un botón. Probad algún día, si frecuentáis un gimnasio, a colaros donde hagan artes marciales o deportes de contacto y dadle un puñetazo a uno de los sacos grandes que tengan ahí. Uno mínimamente contundente. No hace falta darle con todas vuestras fuerzas, simplemente soltarle un puñetazo con un poco de intención. Notaréis rápidamente como vuestra muñeca se resiente, si no se os dobla y os lastimáis.
  • La fuerza real de cualquier golpe que demos. Aunque es cierto que hay zonas del cuerpo que resultan dolorosas incluso con golpes leves, como pueden ser ojos, nariz o testículos, en ocasiones ese dolor puede no ser suficiente para frenar a alguien dispuesto a agredirnos, sobre todo si ese alguien está mínimamente acostumbrado al dolor. Si no sabemos golpear, de modo que podamos generar potencia real, hay muchas posibilidades de que nuestro golpe, más que incapacitar al agresor y permitirnos huir, lo que haga sea, simplemente, cabrearlo y aumentar el peligro que corremos.
  • La liberación de agarres. En los vídeos se suelen ver súper consejos de cómo librarse del agarre de un agresor que nos saque medio metro de altura y nos doble en anchura y esté cuadrado son suma facilidad, con un par de movimientos sencillos y rápidos. Bueno, esto es mentira. Tal cual. He practicado, y he visto practicar, técnicas para librarse de agarres. Si una persona te agarra de verdad, con todas sus fuerzas, desde atrás, te aseguro que con un movimiento que has practicado rápidamente dos días no vas a conseguir librarte, jamás.
Podría seguir con una lista interminable de puntos que hacen absurdos todos esos consejos y cursos de fin de semana, pero entonces me llevaría semanas hablando sólo de eso. El objetivo final de esta entrada es echar un poco de luz sobre el asunto de la defensa personal. Todos estos consejos que nos dan en estos vídeos y cursos, ¿resultan ser mentira e inútiles para defenderse? no, la realidad es que muchos de los consejos son realmente útiles y prácticos, y son los que se suelen enseñar en las clases de defensa personal. Pero, ¿no acabas de decir todos los fallos que hay y por qué son un timo? el timo, y el fallo, no reside precisamente en los consejos en sí (aunque, como ya he dicho, los de los puntos de presión están bastante cogidos con pinzas), si no en el falso mensaje de que viéndolo en vídeos o practicándolo un fin de semana (o más aún, todos los días pero con tus 3 amigos/as que fueron al curso contigo y tienen la misma idea de defensa personal que tú, ninguna) vas a poder usar todo eso en una situación real.

Para poder usar cualquier consejo o truco en una situación real, es necesario entrenar, recibir instrucción, que nos enseñen la FORMA y TÉCNICA correcta para hacer cada cosa, el golpe, el movimiento para librarse, desarrollar precisión, agilidad y, al definir la técnica y la forma, potencia en los golpes. Requiere TIEMPO el mero hecho de aprender a hacerlo lo suficientemente bien para que podamos hacerlo nada más que en un entorno controlado. Ahora hay que ver cómo nos ponemos a trabajar bajo presión, tensión, con poco tiempo de decisión, rápido... Trabajos que nos hagan interiorizar y automatizar la técnica, de modo que nos salga de modo automático y, al mismo tiempo, correcto. No creáis que por aprender a hacer una técnica luego, bajo estrés y presión, nos va a salir, porque si el cuerpo no tiene la técnica interiorizada no va a recurrir a ella bajo presión. Hace falta memoria muscular, y eso se consigue entrenando la técnica y haciendo entrenamientos bajo presión. Finalmente, encontramos el factor MIEDO. Da igual cuántos entrenamientos hagamos en el dojo o gimnasio, da igual la presión y tensión que nos hagan sentir, incluso da igual si se realizan con cierto contacto real y que si nos defendemos mal nuestro compañero nos golpeará, siempre tendremos, al final, la seguridad de que es un entorno controlado y que, como mucho, nos darán un coscorrón, un ojo morado, un golpe que duela, y ya. Pero luego en la calle la cosa es diferente. Quien está delante nuestra pretende dañarnos de verdad y, si nos da una hostia, va a querer darnos 5 más detrás, sin mencionar el que pueda llevar algún tipo de arma. Vamos a estar mucho más estresados, vamos a sentir, irremediablemente, miedo, mucha más tensión... En estas situaciones, hay gente que no atina ni a mover las piernas coordinadamente para correr y huir, y es algo que hacemos con frecuencia, mover las piernas para desplazarnos. Imaginad, si eso en ocasiones es difícil, como será algo que hemos tenido que aprender e interiorizar en un entorno controlado y ahora nuestra integridad física corre peligro. Seguro que hay mucha gente que puede llegar rebatiendo esto con algo así como 'pues yo una vez...' o 'pues yo conozco a alguien que...' seguido de una alucinante historia en la cual, gracias a uno de estos vídeos, tuvo una epifanía en un momento de agresión, usó alguno de esos trucos o técnicas y le salvó. Sabed que esto pasa una vez de cada cien. O de cada mil. Nadie con cero formación en artes marciales consigue usar esto contra alguien realmente dispuesto a hacerle daño y le sale bien la jugada.

Así que, cuando veáis esa publicidad de cursillos para aprender a defenderse, no os lo creáis. Esos cursos sólo son mínimamente útiles si una persona ya tiene cierto rodaje en artes marciales o algún sistema de defensa personal, de manera que la observarlos pueda memorizarlos y entrenarlos de forma correcta para incorporarlos a una base que YA tiene, pero por sí solos son absolutamente inútiles. Apurando, podéis hacer uso de ellos como toma de contacto con el sistema o escuela de una persona concreto para ver si os interesaría apuntaros a su gimnasio para entrenar, pero resulta más cómodo y barato asistir directamente a una clase, que suelen permitir una o dos de prueba.

Dicho todo esto, voy a enumerar algunos estilos que pueden ser útiles o están, de algún modo, más enfocados o tienen un trabajo más específico aplicable a la defensa personal. Este listado no significa que el resto de estilos fuera de ella no sirvan para nada, ni mucho menos. Pueden faltar estilos porque yo no los conozca, no los recuerde o porque, realmente, están enfocados intrínsecamente a la lucha en ring, como puede pasar con el boxeo, el kick boxing o el thai boxing, pero está claro que saber soltar un puñetazo y esquivar un ataque de forma ágil es mucho más útil que no saber hacer absolutamente nada, aunque lo hayamos aprendido para usarlo en un ring.

  • Karate: Empiezo hablando de lo que más conozco y, principalmente, practico. Por norma general, la mayoría de escuelas de karate, independientemente del estilo, trabajan enfocadas al ámbito competitivo, de modo que realmente las técnicas que aprenden en ocasiones son poco prácticas fuera de aquí y no tienen un trabajo de golpeo real y eficiente, pero en ocasiones se pueden encontrar escuelas en las que se realiza un karate más pragmático y se realizan trabajos de aplicación de todas las técnicas de karate y se busca aplicarlo en defensa personal, incluyendo trabajos de proyecciones y de distancia corta para defenderse y poder lanzar al agresor al suelo. También, además, algunos estilos de karate se especializan en la distancia media-larga, lo que significa que si en estas escuelas se enseña a manejar la distancia corta y, además, la media-larga, seremos capaces de defendernos si el agresor se nos acerca demasiado y, además, seremos capaces de alejarnos y mantenernos en una distancia segura de sus ataques, al mismo tiempo que seremos capaces de atacarle si fuese necesario. En una buena escuela de karate se trabajan codos, rodillas, golpes con la base y cantos de la mano, golpes de puño a diferentes distancias y con diferentes trayectorias, entradas y salidas en la distancia corta, proyecciones para lanzar al oponente al suelo... Un repertorio técnico bastante completo que sumado a un buen entrenamiento lo hacen un estilo bastante bueno para usarlo como sistema de defensa personal, hasta el punto de que es el estilo practicado por el ejército japonés, en una versión evidentemente más agresiva. ¿Las pegas? por un lado, encontrar una escuela así es difícil y, normalmente, hace falta complementar el karate con otro estilo que llene las lagunas que pueda tener y, por otro, el karate suele ser uno de esos estilos que requiere un tiempo en ser capaz de usar sus técnicas eficientemente, mes arriba o mes abajo dependiendo del tipo de entrenamiento al que uno se vea expuesto.
  • Judo: El judo tiene un problema similar al karate. La mayoría de escuelas realizan trabajos y entrenamientos enfocados a la competición deportiva y poco más, pero quien encuentre una buena escuela de judo contará con un repertorio de trabajo, derribos y proyecciones en distancia corta abismal, junto con luxaciones y defensa/lucha en suelo. Es un estilo con un repertorio técnico, en cuanto a lucha sin golpeo, extremadamente rico, pero que es dificilísimo encontrar una escuela donde trabajen de este modo. A fin de cuentas, el ahora tan famoso jiujitsu brasileño derivó del judo, al extraer y estudiar/desarrollar los Gracie todo el trabajo de suelo que este contenía. Es una buenísima opción como sistema de defensa personal, hasta el punto de que es lo que aprenden los policías en Japón para defenderse y someter a quienes deben detener y se resisten. ¿Las pegas? No es normal que incluyan trabajo de golpeo y, por lo tanto, en la mayoría de casos se trabaja partiendo de la base de que el oponente no nos va a soltar una hostia, por lo que en según qué contextos podemos ser susceptibles de recibir un golpe fruto de la falta de costumbre a que el oponente reaccione golpeando cuando intentamos proyectarlo o someterlo.
  • Jiujitsu brasileño: Este sistema puede ser especialmente interesante y útil para las mujeres. ¿Por qué? pues porque, mientras que los hombres solemos ser asaltados para robarnos y pegarnos, las mujeres, además, pueden ser asaltadas para ser violadas. Esto significa que el agresor va a intentar tirarla al suelo. El jiujitsu brasileño es un estilo que se especializa en la lucha y sumisión en suelo, de modo que si alguien se lleva a una practicante de jiujitsu brasileño al suelo no tardará en descubrir que ha cometido un grave error. Es un estilo con un trabajo bastante dinámico y sencillo de aprender mediante la práctica y repetición diaria con métodos bastante sencillos para interiorizar las técnicas y estrategias. Es sorprendente lo que una persona con un mínimo de conocimiento de lucha en suelo puede hacer a alguien sin la más mínima idea de la lucha en este medio. ¿Las pegas? Al igual que en el judo, en el jiujitsu brasileño no se permite el golpeo, por lo que en muchos momentos podemos estar expuestos a recibir un golpe y no darnos cuenta de ello. En estilos como las artes marciales mixtas hacen trabajo de suelo partiendo de la base de que tanto tú como el oponente pueden golpear en el suelo, por lo que, realmente, en este sentido es algo más completo y 'realista', muy entre comillas, pero también incluye todo un trabajo de golpeo y lucha que está enfocado a la lucha en el ring, por lo que implica también un aprendizaje algo más lento.
  • Sambo: No conozco mucho del sambo, pero por lo que me han comentado es un sistema muy similar al judo pero bastante más duro y permisivo, incluso en sus competencias. Algunos judokas dicen que el sambo es como el judo en sus inicios. Existe incluso una modalidad de competición llamada combat sambo en la cual, al parecer, con un protector en la frente (para evitar cortes) y guantillas de unas 4 onzas (que eso y nada es similar) se permite absolutamente TODO, incluso golpes a los testículos, no solamente proyecciones o lucha por sumisión. Debido a eso, intuyo que en muchas escuelas de sambo se enseña cierto golpeo, además de lucha, lucha de suelo, proyecciones y tal. Lo hace un estilo, al parecer, bastante completo y que, quizá, incluso en su versión competitiva 'estándar' basada simplemente en la lucha y lucha de suelo, sea más completo que el judo actual practicado en la mayoría de escuelas. Pero, como digo, el sambo es un estilo del que conozco bastante poco.
  • Krav maga: Es un sistema de defensa personal que en los últimos años ha tenido bastante bombo. Se caracteriza por enseñar directamente técnicas y métodos de defensa personal ante agarres, ataques a mano vacía o con cuchillo y en según qué sitios incluso defensa contra pistolas y hasta rifles. Se supone enseñan técnicas y secuencias directas, sencillas y rápidas que buscan atacar directamente algunas zonas vulnerables del agresor para, finalmente, derribarlo y poder huir, se realizan trabajos de lucha de suelo, proyecciones y luxaciones. En general, es un estilo completo y directo al grano que permite un aprendizaje relativamente rápido. ¿Las pegas? existen muchísimas escuelas de gente flipada, que se cree que vivimos en Oriente Medio o rodeados de cárteles de la droga. También hay gente que afirma enseñar krav maga para luego enseñar secuencias o técnicas irreales, absurdas y simplemente llamativas (aunque esto pasa en muchísimos sitios donde afirman enseñar defensa personal, independientemente del estilo). Incluso en un sistema supuestamente sencillo y directo como el krav maga, es difícil encontrar una escuela donde nos enseñen adecuadamente, con honestidad y realismo.
Estilos que pueden aportarnos elementos extrapolables a la defensa personal:
  • Kick boxing/Thai boxing: El beneficio principal que tienen ambos estilos es que trabajan mucho el sparring/combate, de modo que vamos a tener un control decente de la distancia, de la capacidad de reacción, de la estrategia para encajar técnicas, etc. Independientemente del estilo que practiquemos, practicar kick boxing o thai boxing nos va a dar bastante más soltura en lo que es el combate y nos va a ayudar a acostumbrarnos a encajar golpes y evadirlos, por lo que incluso como complemento viene bastante bien. El thai boxing, además, tiene un trabajo muy rico de clinch, es decir, cuando las dos personas están prácticamente pegadas y agarrándose, desde el cual se aprenden a encajar rodillas, codos, puños e incluso derribos, así como a defenderse de todo esto. Siendo la distancia corta e incluso el agarre lo más habitual cuando nos agreden en la calle, el thai boxing nos ayuda a acostumbrarnos a ese entorno y desenvolvernos mejor en él de manera excelente. Podría ser un complemento bastante bueno para estilos como el judo o el karate, donde o se carece de técnicas de golpeo y entrenamiento contra estas o hay poco entrenamiento en distancia corta.
  • Artes marciales mixtas: Aunque actualmente las MMA se han asentado y establecido casi como un estilo propio, con su forma y sistema de lucha, más que como un método de fundir y juntar varias disciplinas para usarlas en un ring de forma efectiva, es cierto que debido al gran repertorio técnico que se trabajan en estas por lo permisivo de sus competencias ofrece una posibilidad de adquirir destreza en muchos ámbitos. Se permiten codos, rodillas, luxaciones, proyecciones, clinch, sumisión en suelo, golpeo en suelo... Prácticamente de todo, por lo que, aunque sea un sistema enfocado a la lucha en ring, la variedad de situaciones en las que nos podemos ver envueltos y en las que nos enseñan a desenvolvernos hace que nos permita coger soltura y acostumbrarnos a vernos envueltos en casi cualquier contexto. Tiene las carencias evidentes de cualquier deporte de contacto, pero usarlo como complemento de un sistema de defensa para adquirir más rodaje en un sparring casi totalmente permisivo, la lucha de suelo que permita golpes, incluso defendernos cuando estamos espalda a una pared... Eso nos hace desarrollar una serie instintos y capacidad de reacción que, si lo añadimos a lo que aprendemos en un sistema de defensa personal, nuestras capacidades pueden incrementarse o mejorar exponencialmente.
  • Aikido: Aunque es cierto que el aikido ha pasado a ser un estilo muchísimo más enfocado al desarrollo interno de la persona y que raro y casi inexistente es el sitio donde se realicen trabajos realistas para aplicar el aikido como defensa personal, sí es cierto que ofrecen un trabajo de luxaciones y de control del cuerpo y del timing que puede venir bien como complemento. En la mayoría de sitios, por sí mismo seguramente sea insuficiente, pero los atributos que ayuda a desarrollar y entrenar pueden ayudarnos a mejorar en cualquier otro sistema de defensa personal que practiquemos.
Y con esto finalizo el tema de la defensa personal/defensa personal femenina. Como resumen de todo, simplemente recordar que si alguien quiere vendernos que con su curso de un fin de semana o su manual online con vídeos vais a aprended a defenderos de forma efectiva y perfecta, os está engañando. Aprender a defenderse requiere tiempo, entrenamiento e instrucción presencial de un BUEN maestro, e incluso así es posible que no nos sea suficiente por mil y un factores. Y, por encima de todo, la mejor técnica de defensa personal que existe es, por un lado, la prevención. Si podemos evitar lugares propensos a los problemas, evitémoslos, al igual que pasar junto o frente a gente que sepamos o sospechemos pueden causárnoslos, y por otro lado el correr, huir. Resulta casi más útil el ser capaz de correr 1km a plena potencia sin morir en el intento que conocer 34 métodos de defenderte de una agresión. Incluso si sabes defenderte de la agresión, lo más inteligente que puedes hacer en cuanto el agresor esté mínimamente reducido es echar a correr hasta asegurarte de estar bien lejos. ¿El clásico 'patada en los cojones y a correr'? si ves que la patada lo va a dejar 10, 20, 30 segundos mínimo quejándose y que eres capaz de correr rápido durante 40, 50, 60... Hazlo. Si la patada no lo deja tan así, suéltale otra hostia más y, ahora sí, corre. Cuanto más corta sea la confrontación, mejor, y si puede no existir, mejor.