miércoles, 19 de septiembre de 2018

Reflexiones sobre un curso en Luxemburgo.

Este fin de semana pasado estuve en un curso de mi estilo de karate en Luxemburgo. El curso lo impartían mi sensei y otro más, de Alemania, ambos miembros de la shihankai de la Kase-ha Shotokan-ryu Karate-do Academy. El trabajo que realizó durante el curso mi sensei fue algo que me resultaba familiar, pues aunque en ocasiones trató de adaptar y conectar con parte del trabajo que realizaba Nico, nombre del otro sensei, seguían siendo cosas que trabajamos habitualmente en el dojo o que incluso habíamos trabajado poco antes del curso, por lo que voy a centrarme en lo que me resultó nuevo, que viene siendo el trabajo de Nico-sensei.

Voy a pasar por alto los calentamientos, que resultaban a la vez efectivos para calentar como prácticos a la hora de trabajar la flexibilidad, reflejos, equilibrio y otras tantas cosas. Ya los calentamientos eran duros por sí mismos, pero el trabajo que hizo me resultó interesante y fascinante. Los ejercicios consistían en lo siguiente:

Por parejas, uno está en guardia y el otro detrás de quien realiza el ejercicio. El que está detrás, tiene que tocar un miembro del compañero, es decir, brazo o pierna, y el que está en guardia debe realizar una técnica, lo antes posible, con el miembro que le han tocado. Parece simple. La dificultad del ejercicio aumentaba cuando se iba aumentando la cantidad de técnicas, al tocar dos veces el mismo brazo, o brazos diferentes, o dos brazos y una pierna, dos piernas y un brazo, tres piernas...

En un principio, no se realizan más de 4 ataques y se pueden combinar como se quiera. Cuantos más ataques y más variados los miembros a usar, más complicado a nivel mental el ejercicio, sumado a intentar disminuir el tiempo de reacción y realizar las técnicas de la forma más correcta y exacta posible. Pero Nico-sensei añadió una complicación más: con la mano izquierda sólo podían usarse técnicas de mano cerrada, mientras que con la derecha sólo de mano abierta. Al restringir así el uso de técnicas, aumentaba la necesidad de concentración, dando una subida de nivel bastante grande en dificultad el ejercicio.

Más adelante, aplicó otra variante del ejercicio incluyendo desplazamientos. Consistía en realizar 4 desplazamientos al frente, cada uno con dos técnicas de brazos. En el primer paso debían ser dos técnicas de mano cerrada (siempre con diferente brazo), en el segundo paso una de mano cerrada y otra de mano abierta, en el tercero una de mano abierta y una de mano cerrada y, finalmente, el cuarto paso dos de mano abierta. El desplazamiento lo elegía, de nuevo, el compañero. Primero se empezaba con algo simple, como 4 yori ashi, pero posteriormente se iba subiendo la dificultad con combinaciones como kae ashi, tsugi ashi, kae ashi, yori ashi. Suena simple, pero recordar los desplazamientos junto a que hay que usar mano abierta o cerrada de forma restringida hace que suponga un trabajo mental bastante complejo.

En una sesión posterior, mi sensei hizo una aplicación de este trabajo al trabajo de jyu ippon kumite contra ataque de joudan oi tsuki+chuudan gyaku tsuki, de modo que quien atacaba le decía al compañero qué miembros debía usar para contraatacar una vez hubiese defendido (la defensa era libre). Por ejemplo, indicarle que use brazo derecho, pierna izquierda y brazo izquierdo. De nuevo, no se buscaban más de 4 contraataques, pero aún así resultaba en ocasiones complejo y difícil de recordar todo, sobre todo cuando se pasaba a realizar el ejercicio fuerte. Un nivel más en este ejercicio habría sido restringir, como hizo Nico-sensei, el uso de mano abierta y cerrada a una de las dos manos, o indicar también algún desplazamiento concreto en la defensa como kirikaeshi, shotomawari o cualquier otro. Incluso el miembro con el que se defiende, obligando al compañero a usar defensas en gyaku o defensas dobles con mismo o diferente brazo, etc.

Y uno de los últimos ejercicios que realizamos fue el que más me impresionó, ya que resultó ser un ejercicio de trabajo en clinch. No el clinch típico de los thai boxers, agarrándose la nuca, si no uno más similar al de los boxeadores, guardia cerrada, cubriendo mentón y costillas, cabeza baja y pegado al oponente, ambos buscando desde esa distancia colar rodillas al torso, codos a la cara o cabeza, joudan o chuudan mawashi tsuki o ura tsuki. El ejercicio de realizó de forma suave y tranquila, pues no llevábamos protecciones ni nada, simplemente tocando a la hora de lanzar los golpes. Me resultó fascinante ver cómo la mayoría de compañeros, acostumbrados a la distancia media-larga de nuestro karate, se encontraban incómodos, tensos e incluso torpes en una distancia tan corta, no sabiendo muy bien qué posición colocar, recurriendo a fudoudachi como solemos hacer a pesar de la distancia, alejándose un poco buscando la distancia media-corta la menos y cosas similares, sin hablar ya del bloqueo mental en lo referente a lanzar técnicas con tan poco recorrido.

Este ejercicio evolucionó a algo que me encantó: uno de los que realizaba el ejercicio, después de ratito intercambiando golpes, trataba de entrar a un single leg con intención de llevarse al oponente al suelo. El otro compañero, debía retroceder todo lo posible la pierna antes de que le agarrasen y cargar su peso sobre el oponente, bajando la cadera en un movimiento que, aunque no llegaba a ser un sprawl, era muy parecido y con una mecánica muy similar. Quiero creer que no trabajábamos un sprawl puro porque estábamos buscando un trabajo realista en el sentido de usarlo en la calle, donde hay suelo duro, y hacer un sprawl en la calle puede hacernos bastante daño en piernas, rodillas, cadera y tal. Tras realizar ese amago de sprawl, debíamos empujar al oponente para alejarlo todo lo posible y, mientras trastabilaba y recuperaba el equilibrio, lanzar rápidamente un ataque de joudan oi tsuki, chuudan oi tsuki o chuudan mae geri.

Este último ejercicio fue el que más me impresionó y gustó, ya que buscaba un enfoque realista de lo que acaba siendo una pelea, dos personas en distancia muy corta, y cómo manejarla y llevarla al terreno en que los practicantes de karate japonés nos sentimos más cómodo, la distancia media-larga, sin que resulte irreal o absurdo como presuponer que la otra persona va a estar a esa distancia sin más, que somos nosotros quienes tenemos que alejar al oponente y realizar nuestro ataque cuando este sea vulnerable.

Durante el curso, también hizo un par de trabajos más enfocados a la distancia media-corta, buscando la velocidad de reacción, el explotar las cualidades de cada uno para conseguir la defensa más efectiva (que alguien delgado y pequeño recurra a su velocidad para esquivar y evadir frente a alguien grande y corpulento, o que el grande y corpulento recurra a su potencia y carga para mantenerse estable y defender con contundencia el ataque de alguien igual o más pequeño o débil) que fueron bastante interesantes también, pero para mí el trabajo de clinch y de defensa con sprawl me pareció sublime, algo que normalmente se ve poco en el karate en general, incluso en mi estilo que se caracteriza por ser bastante pragmático y nada deportivo. Personalmente, espero que, de algún modo, alguno de estos ejercicios se enfoque e incorpore a futuros entrenamientos en el dojo o, incluso, a la materia de examen de la academia, cosa que siendo Nico-sensei parte de la shihankai no me parece tan dispar ni imposible.

martes, 18 de septiembre de 2018

Deai, la reacción al ataque.

En las artes marciales existe un concepto que en japonés se conoce como deai (出合い), encuentro, que hace referencia a la respuesta de uno mismo a la iniciativa o intención (sen, 先, que literalmente significa 'iniciativa', pero en este contexto puede alternarse con 'intención' para una traducción lógica) del oponente. Aunque este concepto está sistematizado y definido por el kenjutsu, en realidad es un concepto existente en cualquier estilo de lucha independientemente del nombre que se le de, ya que es algo básico y cualquier reacción al ataque va a ser una de las previstas dentro del deai.

Hay tres tipos de reacciones a un ataque:

  • Go no sen (後の先), respuesta a la iniciativa: Es la forma más básica y típica en cualquier estilo de lucha. Consiste en, simplemente, esperar a que el rival ataque para defender y realizar un contraataque. Muchos sistemas son propensos a quedarse en este nivel y no ir a más. Es cierto que, realmente, es de las formas que más entrenamiento y dedicación requiere porque, si cualquiera de las otras formas de respuesta nos falla, esta es nuestra última barrera para evitar el ataque del oponente, por lo que debemos tener un buen trabajo de go no sen y una buenísima defensa, ya que sin una buena defensa no habrá forma de realizar un contraataque. Este concepto también es llamado machi no sen (待の戦) o tai no sen (対の戦) en algunos estilos o escuelas.
  • Sen no sen (先の戦), reacción al ataque: Es un nivel superior al go no sen. Consiste en responder al ataque del oponente mientras este lo realiza, ya sea atrapándolo a mitad de camino como una contra pura o incluso esquivando el ataque para contraatacar, buscando los dos momentos de más vulnerabilidad cuando alguien ataca, la mitad del trayecto del ataque o justo el momento en que lo finaliza, antes de que sea capaz de asentar posición y recuperar su guardia.
  • Sen sen no sen (先先の戦), anticipación a la intención de ataque: Es el nivel más alto de reacción. Se busca percibir y captar el momento justo entre el cual el oponente se ha decidido, ha tomado la determinación de realizar un ataque, y comienza a realizarlo. Es un punto en el cual el cerebro tiene fija la idea de realizar el movimiento X y se dispone a ordenar al cuerpo a realizarlo, por lo que no tiene capacidad para dar ninguna otra orden. En ese momento, que dura no más de un segundo, lanzamos nuestro ataque, que pilla al oponente indefenso mentalmente, no pudiendo asimilar e interpretar nuestro ataque y, por lo tanto, siendo incapaz de defenderse de este de ninguna manera. Es un ataque demoledor, ya que no sólo causa el impacto físico, si no que también asesta un impacto mental y emocional brutal que causa la sensación de que nuestro oponente es capaz de leernos el pensamiento. Se debe entrenar muchísimo, no sólo para poder realizar este tipo de contraataque, si no también para conseguir que nuestros ataques y nuestro lenguaje corporal no den la más mínima señal de que hemos decidido atacar y disminuir al mínimo las posibilidades de que nuestro oponente realice esta técnica con nosotros. Es importante no confundir este tipo de contraataque con el simple y mero hecho de tomar la iniciativa al atacar. Cuando tomamos la iniciativa, nuestro oponente está en posición física y mental de defenderse, ya sea con go no sen o sen no sen. Al realizar sen sen no sen, lo que hacemos es adelantarnos a la iniciativa física del rival, pero realizando nuestro ataque después de que tome la iniciativa a nivel mental.
Otros tipos de deai:

  • Yu no sen (囮の戦), cebo al ataque: Más que un deai en sí mismo, en realidad es un elemento aplicable a los otros 3 deai. Consiste en dar algún tipo de muestra de debilidad o de apertura en nuestra defensa, a modo de cebo, para provocar y atraer el ataque del rival. Este cebo puede ser aparentar intimidación, debilidad física, dificultad para desplazarse o incluso dejar descubierta voluntariamente una parte de nuestro cuerpo. De este modo, nuestro oponente puede envalentonarse al sentir que nos intimidamos y atacar de forma más despreocupada, buscar ataques más potentes pero lentos que nos vayan a permitir esquivarlos, que intente arrinconarnos o que directamente nos ataque a donde nosotros elijamos. Así, podemos elegir sabiamente cual de los deai usar según el cebo que le pongamos. Por ejemplo, si dejamos una apertura voluntaria en nuestra guardia, podemos usar fácilmente un go no son, ya que sabemos a dónde va a dirigir el ataque. Si nuestro rival cree que es más rápido y ágil que nosotros, podemos engañarle para responder con un sen no sen, y si está más confiado porque nos ve débiles o intimidados, podemos pillarle de imprevisto con un sen sen no sen. Esto son solo ejemplos, se pueden aplicar cualquiera de los deai según prefiramos y nos convenga según la situación, pudiendo realizarse incluso cebos en ataque que busquen provocar una respuesta de deai de nuestro oponente, ya sea go no sen, sen no sen o sen sen no sen, para poder nosotros, a su vez, realizar un contrataque a su contra, entrando ya en el concepto del kaeshi (返し), retorno, del cual hablaremos en otro momento.
  • Go no sen kiwami (後の先極み), respuesta a la iniciativa extrema: Este concepto, aunque existente en muchísimos estilos, sobre todo de kenjutsu, no he encontrado ningún lugar donde le den un nombre propio y establecido, así que simplemente le he asignado yo mismo un nombre. Se trata de un concepto que sigue la misma dinámica que el go no sen estándar, siendo más una variación del principal que un deai por sí mismo. El oponente ataca tomando la iniciativa, ya sea porque le dejamos o porque, simplemente, es más rápido que nosotros. Nosotros, en lugar de tratar de esquivar o defender, recibimos el ataque, dejamos que nos golpee. Ese, es el momento más vulnerable de cualquier persona, el momento justo en que encaja un ataque que considera definitivo. Baja su guardia, se confía y, además, tiende a tener un espacio de tiempo de vulnerabilidad más largo. Ese es el momento en que nosotros atacamos, aprovechando toda esa vulnerabilidad, evidentemente buscando lanzar un ataque definitivo. La idea de esta técnica de respuesta es tratar que, cuando recibamos el golpe, aunque no lo defendamos ni esquivemos, consigamos de algún modo evitar el daño que nos incapacite completamente, ya sea con un leve movimiento del cuerpo o algún leve gesto para amortiguarlo, de modo que mantenga la sensación de seguridad de nuestro rival pero nosotros no suframos un daño que nos incapacite al instante ni nos quite las fuerzas necesarias para lanzar un ataque definitivo. Es evidente que es un elemento a usar en casos extremos y pensando en unas situaciones muy concretas, pues el dejarnos golpear voluntariamente con algo que el oponente lanza como un ataque definitivo, sobre todo si es usando algún arma, no es algo que podamos hacer a la ligera, de ahí que le haya dado el apelativo de kiwami (extremo) al nombre. Este tipo de técnicas que suponen un riesgo o sacrificio por parte de uno, también se conocen como sutemi waza (捨身技), técnicas de sacrificio, existiendo en otras variantes en estilos como el judo, aikido y otros mil sistemas de lucha pero priorizándose, como dije anteriormente, en estilos de armas en los cuales voluntariamente recibimos un ataque del oponente para conseguir la distancia y vulnerabilidad adecuada para poder atacarle de forma letal con nuestra arma y esperar que no nos mate a nosotros.
  • Sen no sen kiwami (先の戦極み), reacción al ataque extrema: Del mismo modo que el go no sen kiwami, esta reacción al ataque consiste en atacar a la vez que el rival, pero se asume que estamos en una situación en la cual nos es imposible que nuestro ataque le alcance sin que el suyo nos alcance a nosotros, por lo que nos lanzamos asumiendo el riesgo de recibir su ataque, reduciendo los daños todo lo posible, con la intención de conseguir alcanzarle con el nuestro y que este sea definitivo. De nuevo, es una técnica a usar en situaciones extremas y contadas.
Esto es, a día de hoy, todo lo que sé sobre el deai y los modos de respuesta al ataque del oponente. Aunque unos métodos se consideren "niveles superiores" de los otros, realmente no significa que alguien de gran nivel en artes marciales sólo utilice sen sen no sen y que un principiante utilice solamente go no sen (aunque esto suele ser lo natural, ya que es el trabajo que realizan y el sen no sen y sen sen no sen se deja a niveles más avanzados), si no que aquel con auténtica maestría es capaz de utilizar todos según convenga más a la situación y al oponente que tiene delante, siendo capaz de analizarlo y conocerlo tanto como se analiza y conoce a sí mismo para saber si es preferible realizar una defensa, una evasión o una anticipación. Por eso, es obligatorio entrenar y trabajar los 3 tipos sin descuidar ninguno, da igual el nivel que se tenga y lo bueno que se haya llegado a ser.