domingo, 26 de agosto de 2018

Go Budo Shin - Los cinco espíritus del Budo.

En las artes marciales japonesas hay un grupo de conceptos conocido como el "Go Budo Shin" (五武道心), los cinco espíritus o mentes del Budo. Se entienden como cinco estados mentales o del espíritu (心) que se deben desarrollar durante la práctica marcial, supuestamente en orden desde el primero hasta el último, pero que no se entienden como una serie de pasos donde, cuando pasas al segundo, te olvidas del primero, si no que es acumulativo. Una vez asimilas y controlas el primero, debes mantenerlo cuando vayas a por el segundo, a por el tercero, el cuarto... y así sucesivamente.

Estos 5 estados no son aplicables únicamente a las artes marciales, si no que son conceptos que se pueden aplicar a la vida diaria, como la mayoría de conceptos que se desarrollan en la práctica marcial. Sin más dilación, paso a exponer los 5 espíritus con una explicación de lo que buscan expresar:

- Shoshin (初心), mentalidad de principiante: Es el estado que solemos tener cuando comenzamos a aprender algo, no sólo artes marciales, si no cualquier cosa nueva. Es la mentalidad más fácil de conseguir, pues es con la que solemos empezar, pero es la más difícil de mantener, pues a medida que vamos aprendiendo vamos asumiendo, de forma consciente o inconsciente, que como ya sabemos X sobre algo no necesitamos aprender otra cosa o que lo que sabemos es el mejor modo de hacerlo. Sin ir más lejos, cuando una persona practica cualquier estilo basado en, o con gran repertorio de, striking (karate, thai boxing, boxeo, kung fu, etc.), si en algún momento deciden practicar algún otro en el cual el sistema de golpeo sea distinto (aunque la mecánica corporal sea la misma, el modo de usar los brazos en karate difiere mucho de cómo se usan en boxeo, o la forma de dar mawashi geri en karate es muy diferente a como se dan las circulares en thai boxing) el practicante suele tener en ocasiones una actitud del estilo de 'yo ya sé dar puñetazos/patadas, no sé por qué tienen que enseñarme a darlos de otra forma, si la mía es la buena'.

Si llegamos a entrenar a un lugar nuevo, independientemente del estilo o sistema que trabajen, lo menos que podemos hacer es respetar su modo de hacerlo, y ya que estamos ahí, aprenderlo. No nos va a hacer daño conocer más de un modo de lanzar un puñetazo, al revés, nos va a enriquecer aún más. Más aún, manteniendo siempre la mentalidad de principiante seremos capaces de analizar y estudiar nuestro propio estilo siempre, observándolo como novatos que tratan de desencriptar sus secretos, sacar cualquier cosa que esté bajo la superficie, oculta a la vista. Así, es como uno avanza y desarrolla su estilo, como uno consigue mejorar de verdad, además de librarnos de la frustración al no conseguir alcanzar algo rápidamente pues, si tenemos siempre en mente el hecho de que somos principiantes, ¿cómo esperamos conseguir algo con poco entrenamiento o práctica? es natural necesitar más tiempo y entrenamiento si eres un principiante. Cuando abandonamos la mentalidad de principiante, quedamos estancados e incapaces de mejorar y avanzar, pues al abandonarla estamos asumiendo que no somos principiantes, si no maestros, y por lo tanto no necesitamos aprender o estudiar nada más.

- Zanshin (残心), mente alerta/mente permanente: Es un estado mental que, tras desarrollar nuestra técnica, nuestros reflejos y nuestros instintos, debemos entrenar y mantener. Es la capacidad de mantenernos en guardia, atentos, alerta, preparados para cualquier situación que pueda surgir. Este espíritu se da antes, durante y después de una situación de agresión. Antes, porque debemos estar pendientes y alerta de cualquier imprevisto que pueda aparecer, para ser capaces de reaccionar con rapidez; durante, pues en mitad del acontecimiento no podemos relajarnos, debemos ser rápidos y eficaces para solucionarlo y terminarlo y poder alejarnos de dicha situación; después, dado que nunca sabemos si la situación realmente se ha solucionado o si estamos fuera de peligro hasta que nos hemos largado del lugar. Si alguien nos ha agredido, puede que nuestra defensa no haya sido tan contundente o definitiva como pensábamos, o quizá tenga compañeros, o pueda surgir cualquier otro percance.

Es un estado mental que se extiende a cada cosa que hacemos, a cada momento de nuestra vida. No significa eso que el zanshin signifique vivir constantemente con miedo, mirando a un lado y otro y mirando hacia atrás por si alguien nos sigue o nos quieren pegar. Es el simple y mero estado mental que nos permite ser capaces de reaccionar ante el percance surgido porque, aunque estemos tranquilos y relajados, nuestro espíritu está alerta y listo para reaccionar, no puede ser pillado por sorpresa. Vas caminando por la calle, vas a girar una esquina, relajado, tranquilo, como cualquier persona dando un tranquilo paseo, y de repente de esa misma esquina surge una bicicleta que va demasiado rápido como para frenar. El zanshin es lo que nos hace percibir dicha amenaza y rápidamente apartarnos para que no nos arrolle, y el que nos hace rápidamente buscar cualquier otro elemento que pueda ser una amenaza. Quizá viene otra bici acompañándola, o al esquivarla nos hemos puesto en la carretera y puede venir un coche, o una persona distraída va a chocar con nosotros porque nos hemos cruzado en su trayectoria al evadir la bici. El percibir todos esos elementos antes de retomar nuestro camino y dictaminar que, efectivamente, ya estamos seguros, es tarea del zanshin.

- Mushin (無心), no-mente: Para explicar este estado mental, siempre me ha gustado usar el diálogo de 'El último samurai', pues creo que es extremadamente gráfico y claro con lo que esto significa:
- Algren-san. Por favor, perdón. Demasiado pensar.
- ¿Demasiado pensar?
- Hai. Pensar espada. Pensar gente mira. Pensar enemigo. Demasiado pensar. No pensar.
En la versión inglesa, en lugar de 'pensar', utiliza la expresión 'mind'. 'Too many mind', 'mind the sword, mind the people watch, mind enemy. Too many mind. No mind', por lo que ilustra bastante mejor a qué me refiero. A pesar de que debemos mantener la mente alerta (zanshin), al mismo tiempo debemos ser capaces de eliminar todo pensamiento, mantener la mente simplemente enfocada en lo que estamos haciendo, sin dejar que se centro u obceque en una sola idea. En el momento en que nos paramos a pensar, a planificar, a hacer estrategias, entonces perdemos la oportunidad de actuar, cosa que el oponente aprovecha. La acción debe venir por sí misma, sola. El cuerpo sabe qué debe hacer y cuando debe hacerlo, sólo tenemos que dejarle actuar. El modo de dejarle actuar es alcanzando la no-mente, el mushin. ¿Cuántas veces habéis estado realizando una acción de forma automatizada y ha salido idílicamente bien y, en el momento en que habéis decidido realizarla de una forma más consciente, analizando y planificando cada paso, habéis empezado a cometer errores o a salir de forma menos perfecta? cuando conseguimos el mushin, el cuerpo aprende a actuar de forma instintiva con lo que tiene interiorizado y asimilado, de modo que no se requiere absolutamente nada más, la acción se hace todo lo perfecta, en cuanto a forma y tiempo, que somos capaces de hacer, cosa que no ocurre si nos dedicamos a pensar en la acción y el modo y momento de hacerlo. Pensar ocupa tiempo, actuar no.

- Fudoushin (不動心), mente inamovible: Nuestra mente, nuestro espíritu, debe ser como una montaña. Si tomamos una determinación, un objetivo, si creemos en algo o si tenemos convicción, debemos ir hasta el final, sin titubear, sin dudar, sin descarrilarnos de nuestro camino. Soportar las dificultades y obstáculos, resistir el sufrimiento y momentos más duros. Si nuestro espíritu y determinación es fuerte, llegaremos allí. Cabe apuntar que este precepto no dice que, incluso si se nos demuestra que nuestro camino o la meta que buscamos es errónea, inexistente, absurda o estéril, sigamos en nuestros trece hasta el final incluso sabiendo que es algo sin sentido o completamente abocado al fracaso. Lo que quiere decir es que si verdaderamente creemos en algo, o nos gusta algo, o soñamos con conseguir algo, que no dejemos que las inseguridades, la presión de otros, la incapacidad de los demás o los miedos nos frenen, que soportemos todo eso, que nos sobrepongamos a las dificultades y los obstáculos del camino y que cada complicación sirva solamente para reafirmar la convicción de nuestra idea.

Del mismo modo, durante el combate, siempre se dará en algún momento el caso en que alguien sea más fuerte, o más rápido, o más diestro o más experimentado que nosotros. Cuando llegan esos momentos, normalmente recibimos un castigo mayor al que se recibe en cualquier combate, pues los golpes de nuestro rival son más duros o es capaz de golpearnos más veces que otros. O las dos cosas a la vez. Que eso no nos hunda. Da igual que nos golpee, da igual que duela, da igual que nuestro cuerpo crea que no puede soportar más castigo. Nuestro espíritu sigue queriendo luchar. Nuestro espíritu y nuestra determinación ordena continuar luchando y no mostrar al oponente el sufrimiento que soportamos. Es duro, es difícil, duele y sufrimos, pero se puede soportar porque nuestro espíritu es inamovible, como una montaña, y de ese modo lo somos nosotros también.

- Senshin (先心), mente iluminada: Estado mental en el cual una persona puede ser equiparable a un Buda, un ser que ha alcanzado un nivel de comprensión del mundo, de la vida, de respeto a todo bajo el cielo y de deseo de unificación, armonía, paz y amor entre todo ser vivo. Los 4 estados anteriores pueden alcanzarse mediante el estudio, entrenamiento y concienciación y pueden preparar la mente y sentar las bases para este quinto estado, pero el senshin no es algo que pueda conseguirse deseándolo mucho ni como fruto de soportar un duro entrenamiento. Es algo que, dicen, ocurre tras una vida de dedicación y meditación, una vida de misericordia, compasión, y humanidad con el objetivo de reconciliar y traer amor a todos los seres vivos, de eliminar la discordia del mundo.


Como dije al principio, aunque estos son una serie de estados mentales o espíritus propios de las artes marciales, en realidad son aplicables y extrapolables a cualquier contexto de nuestra vida, a cualquier situación. Lo podemos aplicar a relaciones con otras personas, a los estudios, al trabajo, a actividades cotidianas, a cualquier deporte o a cualquier aspiración que tengamos. Cualquier persona puede cultivarlos y practicarlos y beneficiarse de los frutos que pueden ofrecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Quieres aportar algo o dar tu opinión sobre la publicación? siéntete libre de hacerlo, siempre estoy abierto a una discusión sana e interesante.